domingo, 21 de julio de 2013

El futuro Imperio Romano

Este reino de la bestia es el mayor y último opresor de Israel
Los profetas del Antiguo Testamento vieron seis imperios que, bajo el control de Satanás, oprimían a Israel, el pueblo escogido de Dios. Dos de estos imperios fueron anteriores al tiempo de Daniel: Egipto y Asiria (ver Is.10:14; 27:13; 52:4).

En sus visiones, Daniel vio cuatro imperios opresivos adicionales. En Dn.8 el segundo y tercero de estos imperios se identifican como Medo-Persia y el imperio griego, establecido bajo Alejandro Magno. Debido a que Daniel identifica el primer imperio como la Babilonia de Nabucodonosor en Dn.2:38, no cabe duda de que el cuarto imperio es Roma. Daniel pudo saber esto sólo a través de una revelación sobrenatural, pues la conquista de Jerusalén por parte de Roma (63 a.C) tuvo lugar mucho después de esta profecía. 


Sin embargo, el libro de Apocalipsis en el Nuevo Testamento añade otros dos imperios opresivos para llegar a un total de ocho. El apóstol Juan, que escribió alrededor del año 90 d.C., vio la bestia con siete “cabezas” (Ap.12:3; 13:1; 17:3,9). Estas “cabezas” o “montes” (o imperios) se representan como siete reyes sucesivos (Ap.17:10), cinco de los cuales (Egipto, Asiria, Babilonia, Medo-Persa y Grecia) ya habían “caído” en los días de Juan. El ángel que interpretaba explicó entonces que un imperio permanecía (Ap.17:10). Este sería el número seis, el gran imperio Romano de los tiempos neotestamentarios.

Sin embargo, llama la atención que el séptimo y último de estos reyes “aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo” (Ap.17:10). Este será el renacido Imperio Romano, la fase final de la gran imagen de Dn.2 (los diez dedos) y de la bestia de Dn.7 (Los diez cuernos y el “cuerno pequeño” que salía “entre ellos” Dn.7:8).

Apocalipsis 17:8 dice que esta bestia con siete cabezas de pronto “no es” (comp. Ap.17:11). La bestia entonces reaparece como “el octavo” imperio, aunque de hecho es “de entre los siete”. Es evidente que el ángel da por sentado que Juan recordaba que el rey-bestia de una u otra manera iba a ser muerto en medio de su carrera demoníaca, descendería al “abismo”, saldría del abismo (Ap.11:7) y regresaría a la vida mortal (Ap.13:3,12,14) para iniciar su dominio mundial de 42 meses. Este reino de la bestia es el mayor y último opresor de Israel.  


Daniel predijo el comienzo de este dominio de 42 meses en Dn.7:25 (notar el contraste con la primera fase de la actividad del “cuerpo pequeño” en 7:24), y en Dn.9:27 (tras la ruptura del pacto de siete años) y en Dn.11:36-39 (el dominio mundial del rey que “hará su voluntad”). El Señor Jesús describió esta parte final de los siete años de la tribulación llamándola “la gran tribulación” (Mt.24:21,29) que seguiría a la instauración de la abominación desoladora (Mt.24:15) “de que habló el profeta Daniel” (comp. Dn.9:27; 12:11).

Creo que en Daniel encontramos la explicación de la primera muerte del último rey-bestia como consecuencia de “la herida de espada” (Ap.13:14). Mientras el rey del norte pasa por “la tierra gloriosa” (Dn.11:4) en su camino hacía el nordeste de África, aparentemente mata a la bestia. El Señor entonces destruye al rey del norte con fuego del cielo (comp. Ez.38:22) cuando este intenta matar a la bestia que se ha levantado de la muerte y vuelve a la vida (Dn.11:45). Esto deja al rey-bestia como el octavo y último opresor de Israel, sin que haya más amenazas de los reinos terrenales (Ap.13:4,13).


Bibliografía: Biblia de Estudio de profecía por Tim LaHaye, articulo “El futuro Imperio Romano" por John C. Whitcomb.

sábado, 6 de julio de 2013

El infierno

El infierno es el término bíblico para designar el lugar donde se hallan los que están perdidos eternamente. Las dos palabras griegas que se usan para identificar “el infierno” en el Nuevo Testamento son Hades y Gehenna. El lugar de residencia temporal es el Hades, mientras que Gehenna se refiere a la “penitenciaria” final de las almas perdidas. El lago de fuego es sinónimo de Gehenna, que difiere del Hades pues el primero es un lugar donde hay diferentes niveles de sufrimiento. Por tanto, el infierno definitivo diferirá según las acciones de maldad de la persona y la cantidad de veces que ha rechazado a Cristo (Ro.2:5; Mt.11:23-24; Mt.23:14). 

El Hades era el lugar donde iban las almas y los espíritus de todos los seres humanos hasta que Cristo murió en la cruz. El Seol (en el Antiguo Testamento) y el Hades (en el Nuevo Testamento) son el mismo lugar. En el Seol o Hades había dos sectores: uno para los malvados y otro para los justos, uno de sufrimiento y otro de consuelo. El área de consuelo se conoce como paraíso o “seno de Abraham” (Lc.16:22-23). El ladrón que se arrepintió en la cruz fue al paraíso, tal como Cristo lo prometió (Lc.23:43). Ahí fue Jesús al morir (Ef.4:8-10), y desde allí liberó y transportó al “tercer cielo” de (2Co.12:2) a todos los justos que habían muerto. Así pues, el lugar de consuelo del Hades (el paraíso) ha sido desocupado por Aquel que tiene las llaves de la muerte y del infierno (Ap.20:13).

Por supuesto, el sector de sufrimiento del Hades aún está lleno de impíos, y su población seguirá aumentando con los impenitentes no regenerados que mueren cada día. Ellos se han unido al hombre rico de (Lc.16:23) y no saldrán de allí hasta el día del juicio final, en que se encontrarán con Cristo y serán transferidos a la prisión final de las almas perdidas, en el Gehenna (Ap.20:13-14). Cristo describe el Hades once veces en el Nuevo Testamento (Mt.11:23; Mt.16:18; Lc.10:15; Lc.16:22-23; Hch.2:27,31; Ap.1:18; Ap.6:8; Ap.20:13-14).

La palabra griega “Gehenna” se repite doce veces en el Nuevo Testamento. Toma su nombre del “valle del Hinnom”, lugar donde el rey Acaz introdujo el sacrificio de niños al dios Moloc (1R.11:7). Este lugar llegó a ser tan detestable que se usaba como basural y ardía continuamente. Por lo tanto, Gehenna equivale a “lago de fuego”. En los siguientes pasajes bíblicos, Cristo se refiere al Gehenna, traducido “infierno” o “lago de fuego”: (Mt.5:22,29-30; Mt.10:28; Mt.18:9; Mt.23.15,33; Mr.9:43-47).

El lago de fuego, o Gehenna, es el lugar definitivo de castigo y tormento para aquellos que rechazan a Cristo (Ap.19:20; Ap.20:10,14-15). Los consignados a ese lugar son aquellos cuyos nombres no se hallan en el libro de la vida (Ap.20:15), incluyendo a los adoradores del anticristo y del falso profeta (Ap.19:20), el diablo (Ap.20:10; Mt.24:42), y los ángeles del diablo (Mt.25:41; Ap.19:20; Ap.20:10). Todos estarán separados de Dios para siempre (2Ts.1:9).

El lago de fuego se describe en las Escrituras como un lugar donde “el gusano de ellos no muere” (Mr.9:44), un lugar de “las tinieblas de afuera” (Mt.8:12), un lugar de “fuego eterno” (Mt.18:8), donde “el humo de su tormento sube” (Ap.14:11), y donde ocurre la “segunda muerte” (la eterna separación de Dios) en el lago que arde con fuego y azufre” (Ap.20:14; Ap.21:8).


Bibliografía: Biblia de Estudio de Profecía por Tim LaHaye. Artículo: “El infierno” por Jack Van Impe.

martes, 2 de julio de 2013

“El verdadero poder detrás del anticristo es el mismo Satanás”

   
 La Biblia presenta con claridad la venida de un líder mundial que negociará un tratado de paz con Israel en los postreros días. Irónicamente, el término “anticristo” aparece sólo en (1Jn.2:18-22; 4:3 y 2Jn.7). El apóstol Juan indica que el anticristo de la era apocalíptica vendrá en el futuro, pero también añade que muchos “anticristo” (falsos maestros) ya han venido. En un sentido amplio, el “espíritu del anticristo” ya está obrando en el mundo y lo ha estado haciendo desde el principio (1Jn.4:3). Este es el espíritu anticristiano que se opone a toda verdad sobre Jesucristo. Sin embargo, desde el comienzo de la era cristiana, los creyentes estaban convencidos de que se presentaría en el escenario mundial un líder que sería la encarnación de Satanás (Ap.12-13). Por tanto, el verdadero poder detrás del anticristo es el mismo Satanás.

     La persona a quien comúnmente nos referimos como el anticristo se conoce con varios nombres y títulos a través de la Biblia, y cada uno proporciona una vislumbre de las múltiples facetas de su nombre y carácter diabólico: “la bestia” (ap.13:1), el “hombre de pecado” (2Ts.2:3), “el inicuo” (2Ts.2:8), un “rey altivo” (Dn.8:23), el “príncipe que ha de venir” (Dn.9.26), el “hombre despreciable” (Dn.11:21), y “el rey que hará su voluntad”(Dn.11:36).

    Muchos se a escrito sobre el prefijo “anti” con relación al anticristo. Puede significar “contra” (opuesto)
o “en lugar de”. Lo más recomendable es comprender que él está en contra de Cristo y que muy bien se puede hacer pasar por un “falso” Cristo. Su gobierno forjará una alianza con las potencias gentiles y será parte de los “tiempos de los gentiles” (Lc.21:24).

     El anticristo será el líder humano más sorprendente que el mundo haya conocido. Será la personificación del genio y el poder humano y será experto en engaños, dotado con el poder del “padre de las mentiras” (Dn.11:21). Prometerá paz, pero arrastrará al mundo a la guerra.

   Cuando llegue al poder, al menos diez factores identificaran al anticristo. Solamente una persona en la historia cumplirá cada uno de estos requisitos. Hubo muchos prototipos, pero habrá solo un anticristo.

1. Llegará al poder en los últimos días (Dn.8:19-23).
2. No aparecerá en la escena mundial hasta después del arrebatamiento (2Ts.2:3-8).
3. Gobernará todo el mundo (Ap.13:7).
4. Gobernará por acuerdo internacional (Ap.17:12-13).
5. Gobernará por medio del engaño (Dn.8:24-25).
6. Será inteligente y persuasivo (Dn.7:20).
7. Controlará la economía mundial (Ap.13:11-17).
8. Su colaborador será el falso profeta (Ap.13:11-18).
9. Hará un pacto de paz con Israel y lo romperá (Dn.9:26-27).
10. Alegará ser Dios (2Ts.2:4).

     Hay muchos otros detalles en la Biblia con respecto al anticristo. No resulta claro si será judío o gentil. Lo que si es evidente, es que controlará el último y gran baluarte del poder mundial gentil, y extenderá su control sobre el mundo entero, prometiendo asegurar la paz mundial a través de una serie de tratados, acuerdos y alianzas internacionales. A pesar de sus promesas de paz mundial, sumergirá al mundo en la guerra más catastrófica de todos los tiempos.

Bibliografía: Biblia de Estudio de Profecía por Tim LaHaye.


lunes, 1 de julio de 2013

Señales antes del fin, (Mt.24:6-8)


La Biblia dice en el libro de (Mt.24:6-8) "Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores".