sábado, 25 de febrero de 2017

Cómo vivir a la luz del regreso de Cristo

"La vida cristiana es un equilibrio entre la expectativa y la participación"

Una de las realidades de la vida cristiana es el conflicto que se plantea de vivir el hoy pero mirando hacia el mañana. Muchas veces nos sentimos atrapados entre el "aquí y ahora" y lo que viene después. Por un lado tenemos que estar preparados porque Jesús regresa en cualquier momento; y por el otro, tenemos responsabilidades dadas por Dios para cumplir mientras tanto en este mundo.

Estar preparados para el regreso de Cristo es algo que cada uno de nosotros debe hacer en forma personal. Nadie puede preparar nuestro corazón para el encuentro con Dios. Usted y yo debemos hacerlo por nuestra cuenta. El Señor Jesucristo, pensando en su retorno, nos anima a que estemos velando (Mt.24:42), preparados (Mt.24:44) y sirviendo fielmente (Mt.24:46). Nos ha dejado instrucciones claras y especificas acerca de lo que deberíamos estar haciendo mientras esperamos su venida.

1. Ser testigos dondequiera que vayamos. Nuestro Señor les enseño a sus discípulos que debían ser testigos en todas partes, y hasta lo último de la tierra (Hch.1:8).
2. "Id por todo el mundo y predicad el evangelio" (Mr.16:15). Esta orden enfatiza la naturaleza evangelística y misionera del ministerio de la Iglesia durante el tiempo presente. Tenemos que llevar el evangelio a todo el mundo.
3. "y que se predicase...el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, dijo nuestro Señor en Lc.24:47. La actividad evangelística involucra dos aspectos: invitar a hombres y mujeres a que se arrepientan y a que crean en el evangelio.
4. "Haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos", expresa el Señor Jesús en (Mt.28:19). Es aquí donde está puesto el mayor énfasis de la misión de la Iglesia; hacer que se conviertan y discipular los en su caminar con Dios.  
5. Edificar la Iglesia en cada generación. Jesús dijo a sus discípulos que Él edificaría su Iglesia con tal poder que "las puertas del Hades no prevalecerán contra ella" (Mt.16:18). Jesús nos muestra una Iglesia que está caminando hasta que Él la llame al hogar celestial.
6. "Negociad en tanto que vengo", es la indicación de Jesús en la parábola de los talentos (Lc.19:13). En esta parábola los siervos tenían que "poner el dinero a trabajar" hasta el regreso de su señor. Debemos estar ocupados en los negocios de nuestro Señor hasta que Él venga.
7. Permanecer fieles hasta su regreso. Nuestro Señor termina su mensaje profético del Discurso del Monte de los Olivos recordando a sus discípulos que deben continuar con su servicio fiel y prudente aunque Él demore su venida (Mt.24:45; 25:14-21).

Mientras tanto, podemos vivir con nuestro ojos fijos en el cielo, esperando el regreso de Cristo, pero con nuestros pies en la tierra, sirviendole hasta que Él venga. La vida cristiana es un delicado equilibrio entre la expectativa de que Jesús puede venir en cualquier momento y la participación en el servicio, haciéndolo fielmente hasta su regreso. Si constantemente nos planteamos cómo vivir a la luz del regreso de Cristo, nos mantendremos concentrados en lo que es realmente importante en la vida. Además, eso hará que podamos lograr un adecuado equilibrio entre las responsabilidades del presente y nuestras expectativas acerca del futuro.

Fuente: Biblia de Estudio de Profecía por Tim LaHaye, Reina Valera, año 1960  




miércoles, 8 de febrero de 2017

Jeremías profeta de Dios

Autor: Jeremías 
Fecha: 629-585 a.C. 
Versículo clave: El Mesías restaurará a Israel. 
Época histórica: Del rey Josías hasta la destrucción de Jerusalén.
Versículo clave: "Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar". (Jer.1:10)    

El nombre de Jeremías significa "exaltado o escogido por Jehová". Jeremías fue escogido como profeta antes de su nacimiento (Jer.1:5). Cuando Dios toca la boca de Jeremías para darle su mensaje (Jer.1:9), viene a nuestra mente el llamamiento de Isaías (Is.6:6-7). 

Las muchas profecías de Jeremías no siguen un orden cronológico, pero tienen que ver con dos situaciones de su época: Los males sociales y políticos de Judá y relatos personales de su relación con el Señor. Entre las profecías ya cumplidas en tiempos del Antiguo Testamento, hay salpicados notables pronósticos sobre la venida del Mesías (Jesús) y predicciones de una época futura gloriosa. 

Jeremías vivió durante los reinados de Josías, Salum, Joacim, Jeconías y Sedequías, de los cuales solo el primero fue rey piadoso. Rechazado por el pueblo y sus gobernadores cuando predijo con precisión la caída de Jerusalén y las conquistas de Nebucodonosor, Jeremías sufrió persecución, el ridículo y la cárcel. Después de la caída de Jerusalén en el 586 a.C., fue obligado a unirse a los refugiados que huyeron a Egipto en contra de su exhortación. 

La inminente caída de Jerusalén se describe en 222 versículos. El cautiverio (606-586 a.C) se predice en (Jer.25:1-14), y después Jeremías manda una carta a los exiliados (Jer.29:1-23). La profecía de las 70 semanas de Daniel tiene la huella de la predicción de Jeremías (Dn.9:1-2). Se anuncian bendiciones y profecías mesiánicas para Israel en los últimos días, y en (Jer.31:31-40) se hace evidente que habrá un nuevo pacto con Israel en el futuro reinado milenial de Cristo. 

Jeremías es el más extenso de los libros proféticos en el Antiguo Testamento. Tiene 1364 versículos, de los cuales 812 (60%) son de naturaleza profética. 

Fuente: Biblia de Estudio de Profecía por Tim LaHaye, Reina Valera, año 1960

  






















































miércoles, 1 de febrero de 2017

Libro de Lamentaciones

Autor: Jeremías
Fecha: 586 a.C.
Verdad clave: Duelo y lamento
Época histórica: La caída de Jerusalén
Versículo clave: ...nunca decayeron sus misericordias...grande es tu fidelidad. (Lam.3:22-23)

En el año 586 a.C. Dios inspira al profeta Jeremías a escribir sobre la destrucción del templo de Salomón; construido hacia 400 años, y por la caída de Jerusalén. Afligido el profeta Jeremías por estos dos eventos escribe el libro titulado "Lamentaciones" cinco poemas conmovedores que lamentan el fin de una era. Las lamentaciones de Jeremías también expresan el amor y la tristeza de Jehová por su pueblo, cuya perversidad y desviación de la verdad los llevó a estas trágicas circunstancias. Sin embargo, el anciano profeta tiene la confianza de que Israel verdaderamente se arrepiente y regresa a Dios, habrá misericordia, perdón y restauración. Lamentaciones 3:31-33 "Porque el Señor no desecha para siempre; antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hombres". 
 Jeremías, parado en medio de las ruinas humeantes del antiguo templo, pronuncia su lastimera súplica por la misericordia y la bendición de Dios. Las transgresiones de Judá no solo habían producido la implacable invasión babilónica sino también la justa venganza de Dios. En medio de la oscura desaparición todavía brilla la esperanza porque la misericordia y el amor de Dios nunca fallan. Lamentaciones 3:23 dice: "Nuevas son cada mañana, grande es tu fidelidad". Lamentaciones solo contiene 4 profecías y estas constituyen no más de 8 versículos del total de 154 que tiene el libro.