Dios tiene un futuro lleno de bendiciones para Israel. Después que suceda la manifestación gloriosa de Cristo (Segunda venida de Jesucristo), Israel y Jerusalén se convertirán el centro de toda la actividad mundial (Is.65:18-23), el cual será muy importante la adoración de Jesucristo en el templo milenial (Jer.33:15-22; Ez.40-48; Zac.14:16-21).
Durante el milenio Israel ejercerá un rol muy importante, porque en este tiempo tendrá lugar su restauración, como esta escrito en la Biblia (Ez.37:21-22).
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1. La regeneración de Israel ocurre durante la tribulación exactamente antes de la segunda venida de Cristo. La base de la regeneración es el nuevo pacto (Jer.31:31-34). Esta regeneración constará de la confesión del pecado nacional de Israel (Jer.3:11-18; Os.5:15) y un ruego por el regreso del Mesías (Zac.12:10; Mt.23:37-39). Las palabras de la confesión de Israel se encuentran en Is.53:1-9. A consecuencia de esta confesión, Israel será salvo como nación, en cumplimiento de la profecía de Ro.11:25-27. La petición de Israel por el retorno del Mesías se profetiza en Is.64:1-12; Jl.2:28-32; y Zac.12:10-13:9. La presente incredulidad de la nación de Israel no es permanente, y la futura aceptación de Jesucristo como Mesías por parte de Israel se cumplirá plenamente en el milenio.
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3. También tendrá lugar durante el milenio la posesión permanente de toda la tierra prometida a Abraham así como también el logro de la completa productividad de la tierra. La promesa de esta posesión y productividad se halla en el pacto Abrahámico de Gn.12:1-3; 13:14-17. Tras la regeneración de Israel, todas las promesas de este pacto se cumplirán (comp.Is.27:12-13; Jer.3:1-6; Ez.20:42-44; Jl.2:18-27; Mt.24:31). Por primera vez en la larga historia de Israel habrá paz, seguridad y productividad permanente en toda la tierra.
4. Jesucristo, el Hijo de David y Rey de reyes ocupará de nuevo el trono de David. La promesa sobre este acontecimiento se halla en el pacto Davídico de 2S.7:11-16 y 1Cr.17:10-14. Este pacto con David prometió un reino eterno, un trono eterno y un gobernante eterno. Todo esto se cristalizará en el milenio, con Jesucristo que reinará en Israel sobre un pueblo redimido (Is.9:6-7; Jer.23:5-6; Jer.33:17-26; Am.9:11-12; Lc.1:32-33). El reinado de Cristo desde el trono davídico se extenderá tanto a las naciones gentiles como a Israel, y todo el mundo sabrá que Jesucristo es el Señor.
Fuente: Biblia de Estudio de Profecía por Tim LaHaye
(Is.65:18-25)"Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor. No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito. Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová". Gloria a Dios.
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