El Salmo en su capítulo 83 del versículo 1 al 5 dice: "Oh Dios, no guardes silencio; no calles, oh Dios, ni te estés quieto. Porque he aquí que rugen tus enemigos, y los que te aborrecen alzan cabezas. Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente, y han entrado en consejo contra tus protegidos. Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean nación, y no haya más memoria del nombre de Israel. Porque se confabulan de corazón, contra ti han hecho alianza".
El salmista Asaf hace referencia a todos los confederados de las naciones vecinas que han planeado ir contra el pueblo de Israel para destruirlo y hacerlos así desaparecer del mapa. Luego el salmista identifica con nombre y apellido a cada nación vecina de Israel desde el versículo 6 hasta el 12 que dice: "Las tiendas de los edomistas, Los ismaelitas, Moab, Los agarenos, Gebal, Amón, Amalec, Los filisteos, Tiro y Asiria, los cuales han dicho: "Heredemos para nosotros las moradas de Dios".
Actualmente, esta palabra se esta cumpliendo; pareciera que estamos muy cerca de un ataque bélico contra el pueblo de Dios. La coalición es contra el Israel de Dios y, por lo tanto, contra el Dios de Israel. Odian a los adoradores del Dios verdadero porque odian al Dios verdadero y al culto que ellos les rinden. Pero en 2 Crónicas 20:15 dice: "Y dijo: Oid, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat, Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande; porque no es vuestra la guerra, sino de Dios".
Los enemigos rugen, sus clamores son ruidosos pero esta es una razón poderosa para que Dios no guarde silencio de lo ellos están tramando. Ellos son insolentes y altivos, alzan sus cabezas con gestos desafiantes como si pudiesen prevalecer contra Dios.
Los enemigos de Israel actúan astuta y secretamente; no se contentan con nada sino con la destrucción completa de Israel, hasta que se borre del libro de la historia el nombre mismo de Israel.
El salmista ora por la destrucción de estas fuerzas coligadas y, en nombre de Dios, la predice. 1) La derrota de anteriores coaliciones puede servir de apelación en las oraciones a Dios, porque el Dios que antes derrotó a los enemigos de su pueblo es siempre el mismo y no cambia. 2) Ora a Dios que los ponga como remolinos de vientos y como hojarasca delante del viento, a fin de que estén en continuo movimiento sin asiento fijo y mareados en sus proyectos, hasta que perezcan en su impiedad. No podrá escapar del juicio de Dios aquellos que tratarán de destruir al pueblo de Israel. Serán avergonzados y confundidos todos los enemigos porque ellos mismo se están eliminado, tras las guerras que estamos viendo en todo el Medio Oriente y el Norte de África. Por lo tanto, lo que deberíamos de pedirle a Dios es que los enemigos suyos y perseguidores de los que amamos a Cristo sean traídos al arrepentimiento y sean convertidos muchos de ellos y sepan que Jehová tiene el poder sobre toda la tierra.
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