sábado, 28 de enero de 2017

El engaño en los postreros días

La Biblia dice: "Mirad que nadie os engañe"

La Biblia nos dice que Dios, a través de sus profetas, proporciona señales de los tiempos (Is.7:14). Jesús reprendió a los fariseos por no saber ni reconocer las señales proféticas de la primera venida del Mesías (Lc.12:56). Por tanto, era razonable que los discípulos de Cristo le preguntaran: "¿...qué señal habrá de tu venida?" (Mt.24:3). Como respuesta, el Señor dio varias señales que anunciarían la proximidad de su segunda venida.

La primera señal fue el engaño religioso, y la enfatizó sobre las otras, diciendo: "Mirad que nadie os engañe... Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos... Porque se levantarán falsos cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos" (Mt.24:4-5, 11, 24).

Cristo no se refiere al engaño mundial que proviene de religiones rivales como el budismo, el hinduismo o el islamismo. Los "falsos cristos y falsos profetas" son cristianos profesantes ya que alegan haber hecho milagros en el nombre de Cristo. Estos falsos profetas no solo engañan a otros, sino que ellos mismo parecen estar engañados. Estos "falsos cristos" podrían incluir a algunos líderes religiosos contemporáneos que se especializan en "milagros".

Este pasaje de la Escritura arroja más luz sobre una importante señal de lo cercana que está la segunda venida, pues el engaño de los falsos profetas incluirá un énfasis impropio en lo que parece milagroso. La advertencia de Cristo del movimiento de falsas señales y prodigios en los postreros días fue repetida por el apóstol Pablo quien uso un lenguaje similar: "Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía... (2Ts.2:3). Pablo explico a Timoteo la naturaleza de esta apostasía al comparar la iglesia apóstata con la apostasía de Janes y Jambres (2Tim.3:1,8). Estos dos hombres fueron magos de la corte de Faraón quienes, por el poder de Satanás, imitaron hasta cierto punto los milagros que hizo Dios a través de Moisés y Aarón. Así como en días de Moisés, la gran oposición a la verdad en los postreros días no vendrá ni de ateos ni de los escépticos, sino de los engañadores de las multitudes a través de señales y prodigios.     

Parece claro que este movimiento que pervierte la verdad a través de falsas señales y prodigios contribuirá a que la iglesia apóstata acepte al anticristo: "el inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos,.. Dios les envía un poder engañoso... a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad" (2Ts.2:9, 11-12).

La advertencia final de Pablo a Timoteo no deja dudas de que la iglesia, al regreso de Cristo, estará corrompida por el rechazo de la sana doctrina por parte de los muchos falsos profetas y de aquellos que aman sus caminos, los alimentan y los apoyan (2Tim.4:2-4).

Recordemos la exhortación del Espíritu Santo por medio de Judas, que se hace mucho más urgente en nuestros días: "Amados...que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente,... y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo" (Jud.3-4).

Fuente: Biblia de Estudio de Profecía por Tim LaHaye, Reina Valera, año 1960. Autor: Dave Hunt



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