"Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo, (Ro.14:10).
Los cristianos deben preocuparse más por el pecado en sus corazones y evitar las actitudes de juicio hacia otros creyentes, en especial en materia de costumbres y tradiciones menores.
"Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego, (1Co.3:11-15).
Esta es la descripción bíblica más detallada del tribunal de Cristo. La madera u hojarasca (probablemente buensa obras hechas con orgullo o por motivos egoístas) serán quemadas. Aquel cuyas obras sean consumidas será salvo pero no tendrá recompensas en la eternidad. Las obras que los creyentes fieles hayan hecho para Cristo serán recompensadas eternamente, una apelación obvia a los cristianos de aceptar el desafío de Jesús "haceos tesoros en el cielo" (Mt.6:20), porque el día del juicio la declarará (1Co.3:13). Se debe destacar que no es la salvación lo que se perderá en este juicio sino las recompensas.
"Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo", (2Co.5:10).
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