PRIMERA PARTE DEL ESTUDIO
La Biblia dice: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta.
La Biblia dice: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta.
¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por
mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os
afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero
os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.
Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios
la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis,
pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre
celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas.
Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana
traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
COMENTARIO
Elegimos y pusimos toda nuestra confianza en Dios, debemos rechazar toda
ansiedad acerca de las formas necesarias para la vida.
I.
Jesús nos enseña a no sentir ansiedad ni impaciencia
que nos a cosen por las cosas necesarias, como el comer y el vestir: Por
tanto os digo: No os afanéis ansiosamente por vuestra vida, qué habéis de comer
o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, que habéis de vestir (v.25). No os afanéis…Pensar y ocuparse en las
cosas necesarias para la vida, y trabajar para ganarse el sustento, es algo, no
sólo legítimo, sino prescrito por Dios.
1.
Debemos
de evitar la ansiedad atormentadora, que
trastorna el deleite en el Señor, la paz del espíritu, el sueño renovador y el gozo
de las bendiciones que recibimos de Dios.
2.
La ansiedad
indica una falta de fe. Dios ha
prometido proveer a sus hijos de todo lo necesario para la vida, de modo que
podamos decir: Jehová es mi pastor; nada
me faltará (Sal.23:1). Estar ansioso acerca de algo equivale, pues, a poner
en tela de juicio la fidelidad de Dios, o de la bondad y sabiduría de la divina
providencia. Pedro dice en (1P.5:7): Echando
toda ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros. La Palabra de
Dios debe de ser de gran confianza y fidelidad para los hijos de Dios.
3.
No os afanéis por vuestra vida (v.25). Aún tratándose de esta vida terrenal,
que es el máximo valor de las cosas temporales: “todo lo que el hombre tiene, lo dará por su vida” (Job.2.4). Sin
embargo hemos de dejarla confiadamente en manos de nuestro Padre: En tu mano están mis tiempos (Sal.31:15). ¡Están en buenas manos!
4. No os afanéis por el día
de mañana (v.34); generalmente, por el futuro. ¡No
estemos ansiosos por el porvenir! Así como no debemos afectarnos del día de mañana (Stg.4:13-16) tampoco debemos de estar ansiosos por el día de mañana; ya
sea afable, ya sea desagradable, lo que nos depare el porvenir, hemos de
ponerlo en manos de Dios con toda la confianza y fe como buenos discípulos de
Jesús. Finalmente el libro de Hebreos versículo 11:6 dice: Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque
es necesario que el que se acerca a Dios crea que le ahí, y que es galardonador
de los que le buscan.
Fuente: Biblia Thompson, Reina Valera, año 1960
Fuente: Comentario Bíblico por Matthew Henry
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