La transfiguración de Jesús (Mt.17:1-8; Mr.9:1-8) fue una
revelación anticipada y en miniatura a tres de los apóstoles de la gloria
propia de Jesús (He.10:20) que se mostrará al mundo en su segunda venida. Ésta
se anunciará con la aparición de “la señal del Hijo del Hombre en el cielo”
(Mt.24:30). De esta manera, en la transfiguración estos tres apóstoles
recibieron una revelación en cuanto a quien es realmente esta Persona
(Mt.12:24).
En su ascensión, se eliminó el velo y
el Hijo apareció gloriosamente (Hch.7:55-56). Nunca más esa gloria volverá a
estar cubierta. Cuando Él regrese a esta tierra para afirmar sus pies en el
Monte de los Olivos (Zac.14:4), todos los que habiten en ella “verán al Hijo
del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”
(Mt.24:30; Ap.19:11-16).
Cuando el Hijo regrese en gloria
(Ap.1:13-16) estará cumpliendo la tarea de Juez que Dios le asignó (Juan 5:27).
Apocalipsis lo presenta cumpliendo esta función a lo largo de todo el libro.
Cristo es quien desata una serie de juicios (Ap.5:5) que se describen cuando se
van abriendo los sellos (Ap.6:1-17) y van sonando las trompetas (Ap.8:2-9:21).
La séptima trompeta es realmente el segundo advenimiento del Juez a la tierra
(Ap.11:15). La forma de juicio asociada con su advenimiento se revela cuando se
vacían las copas de ira (Ap.16:1-21). Se reivindica su derecho divino de juzgar
(Juan 5:27): En su segunda venida juntará para juicio a los israelitas que vivan
(Mt.24:31; 25:1-30) y juzgará a todos los gentiles vivos para determinar
quiénes entrarán en el reino del pacto. Su gloria divina se revelará a través
de sus juicios.
En su segunda venida Cristo también
cumplirá su papel de Salvador o libertador (Ro.11:26-27). Debido a la iniquidad
y a la idolatría, Israel fue entregada en manos de los gentiles opresores que
regirán hasta que se cumpla “los tiempos de los gentiles” (Lc.21:24). La gloria
del Hijo lo revelará como el Salvador, y la nación de Israel mirará con fe a
Aquel que rechazaron y le dará la gloria que Él merece (Zac.12:10).
Cristo regresa por segunda vez para
cumplir la tarea del Rey asignada por Dios Padre en la ascensión (Sal.2:6-7;
110:1). Juan, su precursor, presentó a Jesús en esa función (Mt.3:2) y Él
reclamó para sí ese derecho (Mt.4:17). Cuando las multitudes fueron testigos de
un asombroso milagro, reconocieron que Cristo era el Mesías, el hijo de David
(Mt.12:23). En la segunda venida Jesús aparece como el “Rey de reyes y Señor de
señores”, (Ap.19:16). Su gloria se revelará a lo largo de los mil años de su
reinado aquí en la tierra (Ap.20:2-3) como “hijo” de David en el reino de
David, según el pacto de Dios con Israel (2S.7:16; Sal.89:3-4).
Los creyentes, quienes no fueron
arrebatados por nuestro Señor Jesucristo desde las nubes esperarán, la gloria
que se revelará en la segunda venida de Cristo (Ti.2.13) porque ellos la
compartirán. Esta esperanza es una fuente de bendición mientras ellos esperan
la revelación de su gloria como Juez, su gloria como libertador y su gloria
como Rey.
Bibliografía: Biblia de Estudio de Profecía,
Reina-Valera 1960 por Tim LaHaye, artículo “La manifestación gloriosa de
Cristo” por J. Dwight Pentecost.
Visto el reino de Dios. Jesús afirma de manera absoluta que algunos de los discípulos no pasarían por la muerte hasta que vieran el reino de Dios llegar con poder. Se esta refiriendo al evento conocido como la transfiguración, que fue un vistazo de lo que será el reino cuando Jesús reíne. Se ve a Jesús como el Rey glorificado que reinará en el milenio.
ResponderEliminarapocalpsis no significa fin de mundo sino manfestacion gloriosa de nuestro señor jesucristo
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