La Biblia nos dice que Dios, a través de sus profetas, proporciona señales de los tiempos (Is.7:14). Jesús reprendió a los fariseos por no saber ni reconocer las señales proféticas de la primera venida del Mesías (Lc.12:56). Por tanto, era razonable que los discípulos de Cristo le preguntaran: "¿...qué señal habrá de tu venida?" (Mt.24:3). Como respuesta, el Señor dio varias señales que anunciarían la proximidad de su segunda venida.
La primera señal fue el engaño religioso, y la enfatizó sobre las otras, diciendo: "Mirad que nadie os engañe... Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos... Porque se levantarán falsos cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos" (Mt.24:4-5, 11, 24).
Cristo no se refiere al engaño mundial que proviene de religiones rivales como el budismo, el hinduismo o el islamismo. Los "falsos cristos y falsos profetas" son cristianos profesantes ya que alegan haber hecho milagros en el nombre de Cristo. Estos falsos profetas no solo engañan a otros, sino que ellos mismo parecen estar engañados. Estos "falsos cristos" podrían incluir a algunos líderes religiosos contemporáneos que se especializan en "milagros".

Parece claro que este movimiento que pervierte la verdad a través de falsas señales y prodigios contribuirá a que la iglesia apóstata acepte al anticristo: "el inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos,.. Dios les envía un poder engañoso... a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad" (2Ts.2:9, 11-12).
La advertencia final de Pablo a Timoteo no deja dudas de que la iglesia, al regreso de Cristo, estará corrompida por el rechazo de la sana doctrina por parte de los muchos falsos profetas y de aquellos que aman sus caminos, los alimentan y los apoyan (2Tim.4:2-4).
Recordemos la exhortación del Espíritu Santo por medio de Judas, que se hace mucho más urgente en nuestros días: "Amados...que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente,... y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo" (Jud.3-4).
Fuente: Biblia de Estudio de Profecía por Tim LaHaye, Reina Valera, año 1960. Autor: Dave Hunt
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