miércoles, 30 de mayo de 2018

La ansiedad y el afán (Mt.6:25-34)

La Biblia dice: "Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta.

¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.

Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?

Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal".

Hay que poner la confianza en Dios porque Él es el proveedor del hombre y de todos los animales que habitan el planeta tierra. 
Sin duda, Jesús enseña con Su palabra a librar al hombre de la ansiedad y del afán, el cual  estos producen en el hombre pensamientos de angustia tormentosos que afectan la vida cotidiana del ser humano e incluso de una nación. 

Jesús dijo: "No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber, ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir". Y Pregunto afirmando ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Claro que si, la vida es más importante que el alimento y el cuerpo es más importante que el vestido; el hombre por falta de fe y desconocimiento de que Dios es el proveedor del alimento y el vestido; se olvida e incluso de quien es el Creador, por tal motivo, falla y cae en una vida de ansiedad y afán por proveerse de vestido y de alimento; afectando su salud y el equilibrio emocional. 

Jesús hace reflexionar al "hombre de poca fe" al decirle: "Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?".

Por consiguiente, el hombre se puede preguntar ¿por qué debo afanarme para vestirme, para beber y para alimentarme? Debería de considerar el hombre el ejemplo que cito nuestro Señor y Maestro Jesús, con respecto a los lirios en su estado de crecimiento, Jesús enfatiza que estos no trabajan ni hilan; e incluso dice: que ni aun Salomón con toda su gloria nunca pudo vestirse como un lirio. 

Finalmente, los gentiles buscan: "que beber, que comer y que vestir con tanto afán y ansiedad, que lo que hace es producir enfermedades, y a su vez, el hombre ignora que el Padre Celestial conoce cuales son las necesidades de él. Como tal, Él es el proveedor. Por lo tanto, Dice: "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal".
        

Fuente: La Biblia, Reina Valera, año 1960 

viernes, 25 de mayo de 2018

Jesús nos enseña sobre la ansiedad y el afán (Mt.6:25-34)

PRIMERA PARTE DEL ESTUDIO
La Biblia dice: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta.

¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.

Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?

Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

COMENTARIO
Elegimos y pusimos toda nuestra confianza en Dios, debemos rechazar toda ansiedad acerca de las formas necesarias para la vida.   
I.              Jesús nos enseña a no sentir ansiedad ni impaciencia que nos a cosen por las cosas necesarias, como el comer y el vestir: Por tanto os digo: No os afanéis ansiosamente por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, que habéis de vestir (v.25). No os afanéis…Pensar y ocuparse en las cosas necesarias para la vida, y trabajar para ganarse el sustento, es algo, no sólo legítimo, sino prescrito por Dios.
1.    Debemos de evitar la ansiedad atormentadora, que trastorna el deleite en el Señor, la paz del espíritu, el sueño renovador y el gozo de las bendiciones que recibimos de Dios.
2.    La ansiedad indica una falta de fe. Dios ha prometido proveer a sus hijos de todo lo necesario para la vida, de modo que podamos decir: Jehová es mi pastor; nada me faltará (Sal.23:1). Estar ansioso acerca de algo equivale, pues, a poner en tela de juicio la fidelidad de Dios, o de la bondad y sabiduría de la divina providencia. Pedro dice en (1P.5:7): Echando toda ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros. La Palabra de Dios debe de ser de gran confianza y fidelidad para los hijos de Dios.  
3.    No os afanéis por vuestra vida (v.25). Aún tratándose de esta vida terrenal, que es el máximo valor de las cosas temporales: “todo lo que el hombre tiene, lo dará por su vida” (Job.2.4). Sin embargo hemos de dejarla confiadamente en manos de nuestro Padre: En tu mano están mis tiempos (Sal.31:15). ¡Están en buenas manos!
4. No os afanéis por el día de mañana (v.34); generalmente, por el futuro. ¡No estemos ansiosos por el porvenir! Así como no debemos afectarnos del día de mañana (Stg.4:13-16) tampoco debemos de estar ansiosos por el día de mañana; ya sea afable, ya sea desagradable, lo que nos depare el porvenir, hemos de ponerlo en manos de Dios con toda la confianza y fe como buenos discípulos de Jesús. Finalmente el libro de Hebreos versículo 11:6 dice: Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le ahí, y que es galardonador de los que le buscan.


Fuente: Biblia Thompson, Reina Valera, año 1960  
       
Fuente: Comentario Bíblico por Matthew Henry 

jueves, 24 de mayo de 2018

La parábola del trigo y la cizaña

"Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. 


Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? 

El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero"(Mt.13:24-30) 

Nuestro Señor Jesucristo El "campo" viene hacer en esta parábola el mundo; la "buena semilla" son los hijos del reino, la "cizaña" son los hijos del malo y el "enemigo" es Satanás.    

El objetivo de esta parábola es poner ante nuestra vista tanto el estado presente como el futuro del reino de los cielos. Asimismo, el cuidado del Hijo de Dios es que su Palabra sea sembrada en el mundo, y prevenir al pueblo de Dios de las hostilidades del diablo que van contra la Palabra de Dios. 

Detalles de la parábola: 
A. El que siembra buena semilla es el Hijo de Hombre (v.37). El Señor de la cosecha es el Gran Sembrador de la Palabra de Dios. Toda buena semilla que hay en la tierra, viene de la mano de Cristo; las verdades que se predican, las gracias que se plantan, las almas que son santificadas, deben su origen y condición a esta semilla de Cristo. Los ministros de Dios son los instrumentos, en la mano de Cristo, para la siembra de la buena semilla. 

B. El campo es el mundo (v.38). El mundo es el campo, y Cristo quiere que se siembre la semilla de la verdad (Mr.16:15), por que Dios desea que todos los hombres sean salvos y lleguen al conocimiento de la verdad (1Tim.2:4). Es de lamentar que, el mundo sea un campo tan grande, sea relativamente muy pocos los que producen buen fruto. 

C. La buena semilla son los hijos del reino; no sólo en profesión como lo eran los judíos por ser el pueblo escogido, y considerarse salvos por ellos (8:12), sino en sinceridad y verdad; puede haber espigas que produzcan poco fruto; puede haber granos echados a perder en la misma espiga; pero toda y sola la buena semilla representa a los verdaderos creyentes; estos tienen acceso a los privilegios del reino mesiánico, porque producen los fruto de él (21:43).

D. La cizaña son los hijos del maligno (Jn.8:44; 1Jn.3:8,10; 1Jn.5:19). Estos son los mundanos, que están bajo el dominio de Satanás, y se parecen tanto al diablo en sus tres pecados (orgullo sin límites, envidia homicida y mentira engañosa, Gn.3:15). Los mundanos e inclusive los cristianos carnales son cizañas en todas partes, y llegan a introducirse en las iglesias (Hch.8:13,18,21; 1Tim.4:1; 6:5; 2Tim.4:3; 2P.2:1), y hasta logran escalar posiciones de autoridad en nuestras iglesias; pero un día se manifestará que no todos los que están con nosotros son de los nuestros (1Jn.2:19).

E. El enemigo que la sembró es el diablo (v.39); él es el gran enemigo de la humanidad, desde el principio (Gn.3:1), por lo cual, hace todo el mal que puede, no sólo en el mundo que le está sujeto, sino también entre los hijos de Dios aprovechando todo abertura que le ofrezcan las congregaciones (1P.5:8), de toda debilidad, rencilla, discordia, etc., entre los creyentes, y hasta de todo lo que tiene apariencia de celo y de austeridad; y cuando no puede inducirnos a obrar el mal, trata de impedir por todos los medios el que obremos el bien, lo cual es también pecado (Stg.4:17).

F. La sembró mientras dormían los hombres (v.25); es decir, por la noche, cuando los hombres se entregan al descanso. Satanás, como todos los malhechores, se aprovecha de las oportunidades cuando no se vigila. Por eso, hay que ser sobrios y velar, como dice Pedro (1P.5:8). Después de sembrar la cizaña, el enemigo se fue, para que no se supiese quién lo había hecho. Cuanto mayor daño está haciendo el diablo, más trata de pasar inadvertido. Lo terrible es que, para que prospere el mal, basta con sembrar la cizaña e irse, pues el mal se propaga por sí solo; mientras que la buena semilla necesita un cuidado constante para que no se eche a perder. 

G. Cuando brotó la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña (v.26). Es tan perverso y engañoso el corazón humano, que la maldad logra esconderse durante largo tiempo en personas que parecen buenas y honestas; pero cuando llega el tiempo de la prueba, y no puede mantenerse la máscara de la hipocresía, las maneras "corteses" dan paso a la pasión violenta y, por el fruto, se manifiesta el carácter de la persona. 

Al parecer la cizaña dijeron los criados al amo del campo: Señor, ¿No sembraste buena semilla en tu campo? (v.27). No hay duda de que el Señor siembra siempre buena semilla (1Jn.3:9). Cuando vemos el mal que hay en el mundo, nos vemos tentados a preguntar: ¿De donde viene esto? ¿Cómo consiente Dios tanto mal? (Job.9:22-24). Cristo responde: Un enemigo ha hecho esto (v.28); el enemigo que la sembró es el diablo (v.39). Les echa la culpa a sus siervos. En este mundo, por muy fieles que sean muchos de los ministros de Dios, el mal se extiende y llega a límites inconcebibles, porque ya está en acción el ministerio de la iniquidad (2Ts.2.7). Todo anticristo que surge en el mundo (1Jn.2:18), debe su poder y su autoridad al dragón (Ap.13:3). El diablo y sus huestes son los conductores, tras las bambalinas del teatro del mundo, de los más terribles males que aquejan a la humanidad (Ef.6:11-12). Es inevitable que haya escándalos (18:7), aunque los siervos de Dios no tengan la culpa de ello; mucho peor, si ellos son los culpables. 

H. Los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? (v.28). Esta es la reacción espontánea de un siervo celoso por ver prosperar el negocio de su amo. ¡Cuantos son los que, a la vista de la maldad reinante, reaccionan de esta manera y emplea una violencia dictatorial con la que, el querer arrancar de cuajo el mal, arrancan también gran cantidad de trigo! Pero Dios no piensa como los hombres (Is.55:8), sino que es rico en benignidad, paciencia y longanimidad (Ro.8:2:4), no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento (1Tim.2:4; 2P.3:9). Por eso dice: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntas las dos cosas hasta la siega (vv.29-30).

Fuente: Biblia Reina Valera, año 1960 y el Comentario Bíblico de Matthew Henry.  
            
   


miércoles, 23 de mayo de 2018

Estudio Bíblico sobre los "Libros Apócrifos"

La palabra "apócrifos" significa escondido, o secreto

A. Libros Apócrifos:
1. I Esdra
2. II Esdra
3. Tobías
4. Judit  
5. Adiciones al libro de Ester 
6. Sabiduría de Salomón 
7. Eclesiástico 
8. Baruc
9. La Epístola de Jeremías
10. La canción de los tres jóvenes
11. Susana 
12. Bel y el Dragón 
13. La oración de Manasés 
14. 1 y 2 Macabeos

B. Origen
El término apócrifo es aplicado generalmente a una serie de libros, cuyo número varía de once (11) a dieciséis (16), que aparecieron entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. 

Estos han llegado a nosotros en unión más o menos cercana con los libros canónicos de la Biblia. 

Estos libros han tenido una historia fuera de lo común. Las opiniones eclesiásticas a través de varios períodos han diferido grandemente en cuanto al valor de la literatura. Los judíos de la dispersión en Egipto tuvieron una alta estimación por estos libros, y los incluyeron en la traducción al griego del Antiguo Testamento, llamada Septuaginta pero fueron eliminados del canon hebreo por los judíos de Palestina. 

La Iglesia Católica Romana en el concilio de Trento, 1546 a.C., declaró once de los libros como canónicos, y estos aparecen en ediciones católicas modernas de las Escrituras. 

C. Desde el punto de vista de la Iglesia Protestante
Se acepta generalmente que algunos de estos libros contienen material de mérito literario y de valor histórico. Su canonicidad, sin embargo, ha sido rechazada, y gradualmente han sido omitidas de las ediciones más modernas de las Biblias protestantes por las razones siguientes: 
1. Nunca fueron citados por Jesús, y se duda si los apóstoles hicieron alusión a ellos. 
2. La mayoría de los primeros padres los consideraron como no inspirados.
3. No aparecían en el canon hebreo antiguo.
4. La calidad inferior de la mayoría de los escritos, cuando se compara con los libros canónicos, los señala como indignos de un lugar en las Sagradas Escrituras. 
5. Las autoridades difieren en cuanto a la clasificación de estos libros.  
  



 

Estudio Bíblico sobre "El hijo pródigo"

"El hijo pródigo: un tipo del pecador redimido"

Una historia completa de ruina y reconciliación. En este estudio nos enseñará los pasos descendentes y ascendentes del hijo pródigo (Lc.15:11-24). Y la forma que Cristo describe al Padre que coloca el anillo de la reconciliación en la mano del hijo que regresa. Asimismo, Pablo amplia el pensamiento, y muestra las bendiciones maravillosas que le llegan al pecador reconciliado (Ro.5.1-18) 
  
La Biblia dice: También dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. 

No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos.


Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 
Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. 

Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 

Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.

Este estudio nos instruye a conocer el comportamiento que tuvo este hijo en la Biblia pero también nos puede ayudar a entender y enfrentar una situación como esta en nuestra vida cotidiana con nuestr@s hij@s o con l@s hij@s de uno de nuestr@s herman@s de la fe.

A. Los pasos descendentes del hijo pródigo (Lc.15:12-16)
1. Obstinación (v.12)
2. Egoísmo (v.13)
3. Separación (v.13)
4. Sensualidad (v.13)
5. Destrucción espiritual (v.14)
6. Humillación de si mismo (v.15)
7. Hambre (v.16) 

B. Los pasos ascendentes del hijo pródigo (Lc.15:17-24)
1. Reconciliación (v.17)
2. Resolución (v.18)
3. Arrepentimiento (v.19)
4. Regreso (v.20)
5. Reconciliación (v.20)
6. Ropas nuevas (v.22)
7. Regocijo (vv.23-24)

C. Ocho joyas en el anillo de la reconciliación (Ro.5:1-5) 
La Biblia dice en el (v.15:22): "Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies". 
1. Paz (v.1)
2. Acceso (v.2)
3. Gozo en la esperanza (v.2)
4. Gozo en el sufrimiento (v.3)
5. Perseverancia (v.4)
6. Carácter (v.4)
7. Esperanza (v.5)
8. Amor (v.5)   

Fuente: Biblia Thompson, Reina Valera, año 1960  







domingo, 20 de mayo de 2018

Exhortación a la Unidad (1Co.1:10-17)

La Biblia dice: "Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer". (1Co.1:10)

El apóstol Pablo se ve obligado a exhortar a los fieles de Corinto a mantener la unidad en la comunidad eclesial. Les hace un llamado a ponerse de acuerdo en la forma de pensar y actuar en relación a la unidad que debe de existir dentro de la congregación (v.10).

Pablo recurre al nombre de nuestro Señor Jesucristo; a edificar con conciencia de lo que Él es, de lo que representa y de lo que exige, al decir: "Y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer".

Otro señalamiento que hace el apóstol: "Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo". (1Co.1:11-12). De acuerdo a este señalamiento por parte de Pablo, la Iglesia de Corinto estaba viviendo una seria y profunda división, definida como "partidos en torno a la personalidad". Pablo les exhorta, pide y exige "que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer". Él no les pide que tengan en todo las mismas opiniones, sino que mantengan una unión de la fe y amor, suficiente para evitar que se formen partidos dentro de la Iglesia.

Las contiendas han sido reveladas en el (v.12) que dice: "Me refiero a que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo, es decir, soy partidario de él; de su modo de hablar, de actuar, etc., y yo soy de Apolos; y yo soy de Cefas; y yo soy de Cristo", lo cual esta situación, hizo conformar cuatro (4) partidos dentro de la Iglesia de Corinto.         

Pablo había fundado la Iglesia de Corinto (Hch.18:1-11) y, al ser eminente siervo del Señor, poderoso con obras y señales, más que con palabras, es notable que tuviese una gran cantidad de seguidores.

Apolos había regado lo que Pablo plantó (v.3:6, 4:6). Cefas es el nombre arameo de Pedro (Jn.1:42) y es probable que sus partidarios viesen en él al principal de los apóstoles. Y un cuarto partido llamado Cristo, desconociendo verdaderamente el motivo de su formación, ya que existen varias opiniones.

La reacción de Pablo contra esta situación de división, creada por cuatro partidos, expresa lo siguiente: ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizado en el nombre de Pablo? Dijo no, no hay más que un sólo Cristo, un sólo Señor (Ef.4:5) y por lo tanto, los cristianos deben estar unidos en Él. Pablo no fue nuestro redentor ni derramo su sangre en expiación por nuestros pecados.
 


 


sábado, 19 de mayo de 2018

Libro de Primera de Corintios

Autor: Pablo

Fecha: 55 d.C.

Verdad Clave: La conducta cristiana

Época histórica: El crecimiento inicial de la Iglesia en Corinto

Versículo Clave:
"Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios". (1Co.6:20)

Corinto era una importante ciudad cosmopolita ubicada en el sur de Grecia actual, aproximadamente a 80 km (50 millas) al oeste de Atenas. Debido a su localización portuaria de primera clase, Corinto se convirtió en una de las ciudades más grandes y ricas del Imperio Romano, y en un centro turístico para muchos viajeros de todo el mundo. Su sociedad multicultural hizo de la ciudad un estratégico centro de influencia para el evangelio. Corinto fue un lugar famoso por su riqueza, lo mismo que por sus vicios; tanto que el llevar una vida de libertinaje se solía llamar "hacer el corintio". Por su puesto, allí había templos para todos los dioses y diosas de la gentilidad, y era especialmente famoso el dedicado a Venus Afrodita, con sus más de mil prostitutas sagradas. En los años 52-53 d.C., aproximadamente, Pablo estableció la Iglesia de Corinto en su segundo viaje misionero (Hch.18).

Mientras esta en Éfeso en su tercer viaje (Hch.19), Pablo se enteró de que la congregación de Corinto estaba tremendamente dividida. Como resultado de esas divisiones y debido a la influencia de esta ciudad pagana, Pablo envió a Corinto al joven Tito (aprox.56 d.C.) con esta epístola de instrucción, advertencia y aliento para vivir vidas piadosas. La primera parte (caps.1-6) trata sobre las divisiones y la conducta inmoral, mientras que la última parte (caps.7-15) responde a preguntas sobre el matrimonio, el consumo de carne dedicada a los ídolos, el apostolado de Pablo y la Cena del Señor. Los dones espirituales se explican en los caps. 12 y 14, y el "poema del amor" (cap.13) describe el mayor de los dones. Pablo presenta con claridad la primera resurrección y el arrebatamiento (cap.15).

Hay varias referencias sobre el regreso de Cristo que resultan de particular interés (1:7-8; 4:5; 11:26; 16:22). El cap.3 contiene una descripción del tribunal de Cristo y el cap.6 afirma que los creyentes juzgarán a los ángeles (vv.1-3). Hay tipos proféticos en los caps. 5 y 10, donde sucesos del Antiguo Testamento prefiguran verdades del Nuevo Testamento. La doctrina de la resurrección corporal se explica en el cap.15, que concluye con la predicción de la "final trompeta" (15:52), cuando en el arrebatamiento todos los creyentes que estén vivos serán "transformados", y los muertos en Cristo resucitarán "incorruptibles".

Fuente: Biblia de Estudio de Profecía, Reina Valera, año 1960, por Tim LaHaye. Y Comentario Bíblico de Matthew Henry